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La eolica se consagra como cadena de valor de la transicion energetica

Los datos lo demuestran. En 2017, la producción eólica redujo las emisiones de gases de efecto invernadero en 25 millones de toneladas, evitó la importación de 9,2 millones de toneladas de combustibles fósiles y volvió a reducir los precios de la electricidad (21.000 millones de euros ahorrados al pool entre 2012 y 2017). Su contribución directa al PIB ascendió a 2.300 millones (un 57% más que en 2016). Y pese a las penurias de los últimos años, el sector mantiene un alto perfil en I+D y en publicaciones de patentes, lo que sitúa a España en el 6º lugar a nivel mundial en patentes eólicas.

Son algunos de los principales datos recogidos en el Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España en los dos últimos años, que ha elaborado la consultora Deloitte para la Asociación Empresarial Eólica. El informe ha sido presentado ayer en Madrid, en la sede Enerclub, por Rocío Sicre y Juan Virgilio Márquez (presidenta y director general de AEE, respectivamente), junto con Enrique Doheijo, senior manager en Deloitte Spain.

Rocío Sicre ha manifestado en la presentación que pocos sectores de la economía española pueden estar tan orgullosos de su adaptación al cambio como el sector eólico y de su capacidad de superación. Ha destacado que los dos últimos años estudiados en este informe (2016 y  2017) muestran la capacidad de superación de los distintos subsectores, como los promotores, fabricantes de equipos y componentes y las empresas de servicios complementarios. El crecimiento de la eólica marina en Europa ha tenido su reflejo también en España, donde no existe prácticamente potencia instalada (5MW) pero es en nuestro país donde se construyen gran parte de las máquinas que se están instalando por toda Europa.

Rocío Sicre ha concluido la presentación asegurando que el sector eólico español se encuentra, seguramente, entre los mayores casos de éxito en la economía española y, desde sus inicios y en la actualidad, es un sector significativo para nuestra economía. Una valoración que comparte Juan Virgilio, para quien el sector ha demostrado claramente que es una historia de éxito.

Ahora, tras la subasta de 2016 y las dos de 2017, el sector debe instalar 4.600 MW en la Península más el cupo canario a 2020. Un compromiso que Juan Virgilio considera posible cumplir  pese a que el año pasado solo se instalaron 60 MW eólicos. 

El director general de AEE cree, además, que no se va a instalar solo la potencia salida de las subastas. Hay otros proyectos en marcha, ha comentado.

No obstante, el sector considera que para hacer posible un crecimiento lineal más allá de los compromisos a 2020 es preciso avanzar teniendo en cuenta cinco claves, que no dependen de ellos pero sí afectarán a su desarrollo. Son las siguientes: 

• Un marco regulatorio estable con consenso político y que perdure
• Visibilidad a largo plazo para generar confianza, atraer a los inversores y tomar decisiones industriales
• Formulación de un sistema adecuado que garantice una rentabilidad razonable que perdure durante la vida útil de las instalaciones
• Un sistema de subastas sencillo, bien diseñado, similar al de otros países de nuestro entorno, y con un calendario establecido
• Reglas que incentiven la repotenciación de los parques eólicos más antiguos y situados en los emplazamientos con mejor recurso, así como una regulación que permita extender la vida útil de los parques en las condiciones más óptimas posibles, al objeto de mantener la capacidad de generación eólica actual e incrementarla de la forma más eficiente posible.

Respecto a este último punto, el director general de la patronal eólica ha indicado que a la repotenciación se pueden añadir otras posiblidades, como la hibridación de la eólica con otras fuentes renovbles, fundamentalmente la solar fotovoltaica, y el almecenamiento.

Principales datos recogidos en el informe
• Los incrementos de potencia eólica anuales han sido superiores al 10% hasta 2010 e inferiores al 1% durante los últimos cinco años. Los fabricantes han subsistido gracias a la exportación y los promotores han visto sus ingresos reducidos.
• La generación eólica representa entre el 18% y el 20% en España. En 2017 fue la 2º tecnología, tras la nuclear.
• La cadena de valor eólica tiene importantes sinergías con otras industrias, como la aeronáutica, astilleros, digitalización, obra civil, etc.
• La contribución directa del sector al PIB en 2017 fue de 2.300,8 M€ y supuso el máximo de toda la serie histórica analizada (2005.2017). La contribución indirecta del sector ascendió a 1.094 M€.
• En los dos últimos años el peso de los fabricantes ha descendido mientras que ha subido el de los promotores/productores.
• El sector da empleo actualmente a 22.578 personas (41.438 en 2008, el año en el que la eólica obtuvo las mejores cifras).
• Respecto a la balanza fiscal, en 2017 aportó 491 M€ en tributos y 115 ME en impuestos de sociedades. En subvenciones a la explotación perdió 5 M€.
• El sector exporta casi tanto como el vino o el calzado. Así, mientras que la eólica española exportó en 2017 por valor de 2.421 M€, las  exportaciones del calzado y del vino rondaron los 2.800 M€.
• Gracias a la eólica, entre los años 2000 y 2017 se ha evitado la emisión a la atmósfera de 328 millones de toneladas de CO2 equivalente, cantidad superior a las emisiones totales de España en 2016 (325 millones de toneladas de CO2).
• En términos económicos, las emisiones evitadas el año pasado equivalen a 1.506 millones de euros.
• Evitó, asimismo, la importación de 9,2 millones de toneladas de combustibles fósiles 
• El esfuerzo en I+D de la tecnología eólica, muy superior a la media de la economía española, fue del 3,06% en 2017.
• Desde 2004 se han publicado 988 patentes relacionadas con la tecnología eólica, lo que sitúa a España en el 6º lugar a nivel mundial y el 4ª de Europa.
• La eólica ahorró 2.452 M€ al mercado mayorista de electricidad el año pasado. Entre 2012 y 2017, 21.807 M€.

El borrador del Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética recoge para 2030 el objetivo de un 70% de electricidad renovable y un 35% de renovables en energía final. La media de crecimiento anual prevista para la eólica es de 1.700 MW hasta 2020 y como mínimo de 1.200 MW desde 2020 a 2030 para lograr los objetivos a 2030, y acercarnos a 2050 con un mix energético formado sólo por energías renovables.