La Comisión Europea (CE) ha adoptado ayer una visión estratégica a largo plazo para una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra para 2050: Un planeta limpio para todos. La estrategia muestra como Europa puede liderar el cambio hacia la neutralidad climática mediante la inversión en soluciones tecnológicas realistas, la capacidad de los ciudadanos y la armonización de la acción en ámbitos clave como la política industrial, la financiación o la investigación, garantizando al mismo tiempo la justicia social para una transición justa.
La finalidad de esta estrategia a largo plazo no es fijar objetivos, sino crear una visión y una dirección adecuadas, trazar un plan para ello, e inspirar y permitir a las partes interesadas, investigadores, empresarios y ciudadanos por igual, que desarrollen nuevas e innovadoras industrias, empresas y empleos asociados. La Comisión Europea se considera más que respaldada: explican desde la UE que los ciudadanos les han dado un mandato sólido: según el último Eurobarómetro especial (noviembre de 2018), el 93% de los europeos cree que el cambio climático está causado por la actividad humana y el 85% está de acuerdo en que la lucha contra el cambio climático y un uso más eficiente de la energía pueden crear crecimiento económico y puestos de trabajo en Europa. Pues bien, con esta estrategia la Unión Europea puede informar a los demás acerca de cómo se podría conseguir colectivamente un planeta limpio y demostrar que transformar nuestra economía es posible y beneficioso.
La estrategia a largo plazo analiza el abanico de opciones disponibles para los Estados miembros, las empresas y los ciudadanos y cómo estas pueden contribuir a la modernización de nuestra economía y mejorar la calidad de vida de los europeos. La estrategia pretende garantizar que esta transición sea socialmente justa y refuerza la competitividad de la economía y la industria de la UE en los mercados mundiales, garantizando empleos de alta calidad y un crecimiento sostenible en Europa, permitiendo simultáneamente ayudar a resolver otros retos medioambientales, como la calidad del aire o la pérdida de biodiversidad.
Según la Comisión Europea, el camino hacia una economía climáticamente neutra exigirá una acción conjunta en 7 ámbitos estratégicos: eficiencia energética; despliegue de energías renovables; movilidad limpia, segura y conectada; industria competitiva y economía circular; infraestructuras e interconexiones; bioeconomía y sumideros naturales de carbono; captura y almacenamiento de carbono para hacer frente a las emisiones restantes. La prosecución de todas estas prioridades estratégicas contribuirá a hacer realidad su visión".
El vicepresidente responsable de la Unión de la Energía, Maroš Šefčovič, lo ha dicho con extrema claridad: reducir las emisiones es capital por motivos de salud y seguridad, pero reducir las emisiones no significa renunciar a la calidad de vida. Para Šefčovič no se puede vivir de forma segura en un planeta cuyo clima está fuera de control, pero eso no significa que para reducir las emisiones debamos sacrificar los medios de vida de los europeos. En los últimos años, se ha demostrado cómo reducir las emisiones, creando al mismo tiempo prosperidad, puestos de trabajo locales de alta calidad y mejorando la calidad de vida de las personas. Su estrategia muestra ahora que para 2050 es realista hacer de Europa un espacio a la vez climáticamente neutro y próspero, sin dejar de lado a ningún europeo y a ninguna región.
El comisario responsable de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, ha insistido en la misma idea exponiendo que ningún europeo, ninguna región, debe quedarse atrás. La UE prestará su apoyo a los más afectados por esta transición, a fin de que todos estén preparados para adaptarse a los nuevos requisitos de una economía climáticamente neutra. La estrategia propuesta por la Comisión Europea persigue precisamente ese fin: una Unión Europea climáticamente neutra en el año 2050. Y Arias Cañete ha dicho que conseguirlo es necesario, posible y redunda en el interés de Europa. Es necesario cumplir los objetivos de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París. Esto es posible con las tecnologías actuales y con las que van a desplegarse próximamente. A Europa le interesa frenar el gasto en importaciones de combustibles fósiles e invertir en mejoras significativas para el día a día de todos los europeos.
La comisaria responsable de Transportes, Violeta Bulc, ha recordado que todos los modos de transporte deben contribuir a la descarbonización de nuestro sistema de movilidad. El objetivo es alcanzar un nivel neto de cero emisiones para 2050. Esto requiere un enfoque sistémico con vehículos de emisiones bajas y nulas, un fuerte aumento de la capacidad de la red ferroviaria y una organización más eficiente del sistema de transporte, basado en la digitalización; incentivos para los cambios de comportamiento; combustibles alternativos e infraestructuras inteligentes; y compromisos globales. Todo ello impulsado por la innovación y las inversiones.
A raíz de la invitación formulada por el Consejo Europeo de marzo de 2018, la visión de la Comisión para un futuro climáticamente neutro abarca prácticamente todas las políticas de la UE y está en consonancia con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura muy por debajo de los +2°C (con respecto a la temperatura media preindustrial, de del mundo de antes del año 1750), y de proseguir los esfuerzos para mantenerlo en +1,5°C. Para la UE, conducir al mundo hacia la neutralidad climática significa alcanzar dicho objetivo a más tardar en 2050.
Una vez ha sido presentada la estrategia, la Comisión Europea invita al Consejo Europeo, al Parlamento Europeo, al Comité de las Regiones y al Comité Económico y Social a considerar la visión de la UE para una Europa climáticamente neutra para 2050. A fin de preparar a los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE para configurar el futuro de Europa en el Consejo Europeo de 9 de mayo de 2019 en Sibiu, los ministros de todas las formaciones pertinentes del Consejo deben celebrar amplios debates políticos sobre la contribución de sus respectivos ámbitos políticos a la visión global.
Una invitación a los parlamentos nacionales, al sector empresarial, a las oenegés, a las ciudades y a las comunidades, así como a los ciudadanos, y especialmente a los jóvenes, en la tarea de garantizar que la UE pueda seguir mostrando liderazgo e inspirar a otros socios internacionales a hacer lo mismo. Este debate con conocimiento de causa a escala UE deberá permitir a la Unión adoptar y presentar a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático una estrategia ambiciosa a más tardar a principios de 2020, tal como se solicitó en el Acuerdo de París.
Los Estados miembros presentarán a la Comisión Europea, a más tardar a finales de 2018, sus proyectos de planes nacionales en materia de clima y energía, que son fundamentales para la consecución de los objetivos climáticos y energéticos para 2030 y que deben orientarse al futuro y tener en cuenta la estrategia a largo plazo de la UE. Además, un número creciente de regiones, municipios y asociaciones empresariales están elaborando sus propias visiones para 2050, lo cual enriquecerá el debate y contribuirá a definir la respuesta de Europa al desafío mundial del cambio climático.
A nivel internacional, a lo largo del año próximo, la UE debe expandir su cooperación con sus socios internacionales, a fin de que todas las Partes del Acuerdo de París elaboren y presenten a más tardar en 2020 una estrategia nacional a largo plazo para mediados de siglo, a la luz del reciente informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático sobre 1,5 ºC.