El operador del sistema eléctrico nacional, Red Eléctrica de España, acaba de publicar su primer balance del año. Según ese balance, en el conjunto del año 2015, la demanda peninsular de energÃa eléctrica se estima en 248.000 gigavatios hora (GWh), un 1,8% más que en el año 2014. REE matiza no obstante que ese crecimiento ha sido algo menor, un 1,6%, una vez corregida la influencia del calendario y las temperaturas. Las fuentes renovables de energÃa (el sol, el viento, el agua y la biomasa) han aportado en 2015 al mix eléctrico nacional el 37,1% de los kilovatios, mientras que el gas, el carbón y la nuclear habrÃan quedado virtualmente empatados. La nuclear habrÃa generado, según REE, el 21,9% de la electricidad que ha demandado España este año; el carbón, el 20,3%; y el gas, alrededor del 20% también, pues de las centrales térmicas de ciclo combinado que queman gas natural ha salido el 10,1% de la electricidad y de las centrales de cogeneración (y otros), el restante 10% (la mayorÃa de las centrales de cogeneración emplean también gas natural para generar electricidad).
El año pasado, las fuentes renovables de energÃa produjeron más del 43% de los kilovatios que se generaron en la penÃnsula. Este año se ha producido pues un descenso más que considerable de la aportación renovable al mix eléctrico nacional. En 2015 han bajado la aportación eólica (aproximadamente un punto con respecto a 2014) y la hidráulica (en torno a tres puntos). Pero es que, además, el Ejecutivo Rajoy ha estrangulado el crecimiento de la potencia renovable (entre 2012 y 2015 se han instalado en España solo 850 megavatios, cuando los cuatro años anteriores se instalaron 6.800 MW). Esa congelación de facto de la Transición Energética que emprendiera España hace ahora aproximadamente diez años es el fruto de la polÃtica energética que ha ejecutado el Gobierno Rajoy, que se ha caracterizado por una apuesta decidida por el gas, el incremento de la presión impositiva (más impuestos) sobre los productores de energÃas renovables y el recorte de los ingresos que estos percibÃan por kilovatio hora generado. Todo ello se ha traducido en una crisis sin precedentes del sector y en la huida de los inversores, que han dejado de estar interesados en invertir en instalaciones renovables en España.